martes, 1 de abril de 2008

Caos de Viernes por la tarde

Los viernes son geniales. ¿A quién no le agradan los viernes? Sobre todo por la tarde, cuando ya las responsabilidades van mermando y se acerca el fin de semana. A quién no le agradan los viernes por la tarde. ¿A vos te agradan?, ¿verdad que sí?...

Ok. A mí NO.

Hay motivos, claro. No sé si entendibles pero sí motivos al fin. Resulta que el fin de semana es previo a los lunes, y los lunes son el comienzo, el principio de las semana en donde todo debe empezar. Todo debe tener un punto de partida los lunes. Es como una ley. Uno empieza a estudiar el lunes, empieza el gimnasio el lunes (y lo deja el miércoles, con suerte), empieza la dieta el lunes y todo el lunes. Y yo tengo la suerte de que varias cosas de las que soy responsable... ¡zas!, deben comenzar los lunes.
Y juro que no es desorganización mía. O sea, soy bastante organizado para laburar. Trato de seguir un orden, me hago mi listita de tareas diarias con los tiempos que pueden llegar a llevarme, intento mantener la calma ante situación complicadas... no sé si se entiende. Pero los viernes a la tarde me superan porque surgen los contratiempos, lo que no estaba en los planes, lo que por la mañana era "no" y a las cuatro de la tarde se convirtió en "si" por arte de magia. Por eso.
Y escribo este post hoy martes porque mañana es feriado nacional y es exactamente lo mismo: todo tiene que pasar el jueves... ¿pero cómo?, ¿no era los lunes?... ahhh, no, pero mañana es feriado... el jueves. Todo el jueves.
Y así estoy, atajando penales hasta último momento, haciendo malabares con el teléfono fijo, el Nextel pedorro y el Blackberry (que no es mío, lógico, sino estaría contento). Rogando bajar la escalera por última vez y subiéndola de nuevo a las corridas. Caótico. Los viernes a la tarde son caóticos, y las tardes previas a un feriado también. No me gustan. Las detesto.

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