martes, 16 de septiembre de 2008

Siesta de martes

Hacía mucho que no me tomaba gran parte de la tarde para tirarme a dormir la siesta sin preocuparme por nada de nada. Es muy linda la sensación de poner el tele bajito y que se te cierren los ojos sabiendo que estás haciendo lo que necesitás hacer y no lo que tus obligaciones te obligan.

Igual, algo de decencia de ciudad grande me queda, porque si estuviera en Viedma seguiría allí, acostado, somnoliento, tapado a 27º y sin preocuparme por la cena... qué lindo placer.

1 comentario: