viernes, 19 de diciembre de 2008

Los Fabulosos Cadillacs en vivo: no quería morir sin antes haberlos visto...

Por favor, qué fiesta hermosa: Los Fabulosos Cadillacs en vivo han sido, sin dudarlo, uno de los mayores placeres que pude darme, por partida doble... y si tocaran una vez más creo que no dudaría en ir de nuevo. Se me vinieron encima muchísimos recuerdos hermosos de mi época de secundaria, muchísimas anécdotas, pero sobre todo la pasé extremadamente bien, salté, grité, canté, grité más, me quedé sin aire, bailé, me cansé... casi me muero.

El viernes fui al campo, y el sábado a platea alta. Del sábado lo mejor de todo es que ví. Sí, eso. Ví. El escenario, la gente, el show, la fiesta: estuvo buenísimo. Pero hablemos del viernes...


Hacía muchísimo que no iba a campo porque desde que tengo diabetes las multitudes me dan así como miedo a que me agarre una hipoglucemia y no pueda salir... pero qué va, no pude evitarlo esta vez y fui. Y fue una gran decisión: no tengo registro de haberme divertido tanto en un recital, y eso que fui a muchos. No me importaba ver, no me importaba siquiera estar atento a cómo sonaban, qué hacian, nada... sólo me importó saltar y cantar y pasarla bien, y fue genial. Sólo bajé el ritmo al final, porque el azúcar (finalmente) me jugó una mala pasada y tuve que parar sino moría... un agua saborizada de ¡DIEZ PESOS! y salió con fritas.

La elección de temas me pareció muy acertada: El León enganchado con Mi Novia Se Cayó en el Pozo Ciego para arrancar fue una trompada hermosa, después Carmela y un poquito más adelante El Genio Del Dub, El Aguijón, Paquito y una de las frutillas de la noche: la versión cumbiera de Padre Nuestro con Pablo Lescano en el escenario fue genial, contrariamente a lo que podría haberme imaginado.

Y después Saco Azul (la que quería escuchar), Siguiendo La Luna, el momento emotivo con Los Condenaditos... y después agarrate, y si podés quedate paradito: Gallo Rojo, Gitana, Carnaval Toda la Vida y el mejor dúo de la noche: Mal bichoEl Satánico Dr. Cadillac... ahí morí. No pidan más de mí.

El final fue más tranqui, pero hermoso: Basta de Llamarme Asi, Vasos Vacíos, Vos Sabés, Matador, un par de covers al palo y Yo No Me Sentaría en tu Mesa para terminar. Impecable. Y lo peor (o lo mejor) es que quedaron temazos afuera de la lista, desde Yo Te Avisé hasta Revolution Rock, por citar sólo dos ejemplos. Los Cadillacs son una catarata inagotable de temas pegadizos y hermosos, y está claro que más de dos horas y media de show no le alcanzaron para plasmarlos a todos en vivo. Un show hermoso.

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